A 280 kilómetros al norte Antofagasta y a orillas del río Loa, en la comuna de María Elena, se encuentra el oasis de Quillagua, lugar que, a pesar de encontrarse en pleno desierto, alberga bosque nativo y plantaciones forestales de algarrobos con algunos sectores muy reducidos, con presencia de tamarugos, los cuales sobreviven gracias a su capacidad de captar agua de napas freáticas.
Durante la semana, un equipo del Departamento de Evaluación y Fiscalización de Ecosistemas de la Corporación Nacional Forestal, CONAF Antofagasta, realizó una serie de patrullajes al oasis, específicamente en el predio Villa Rivera, antigua parcela cuyo origen inicial fue agrícola y, a raíz del abandono por parte de sus propietarios y la escasez de agua para riego, en el lugar creció bosque nativo el cual está siendo objeto de cortas para la elaboración de carbón.
De acuerdo a la directora regional de CONAF Antofagasta, Anita Huichaman Martin, estas acciones de fiscalización “buscan preservar este tipo de ecosistemas y, así también, evitar que se produzca un incendio en el lugar. Y es que, la utilización de hornos para la elaboración de carbón al interior de los bosques del oasis de Quillagua, podrían generar un incendio forestal, afectando la escasa vegetación nativa y plantaciones forestales de este frágil ecosistema de la región, razón por la que se han intensificado los patrullajes, entregando, además, recomendaciones a la comunidad”.
Agregó que, “las cortas de bosque nativo en este oasis no están autorizadas, es por ello que hemos reforzado nuestra labor fiscalizadora en toda el área. Junto con ello, se fiscaliza que no se utilice fuego o fuentes de calor, considerando que actualmente las quemas controladas están suspendidas en gran parte del país, justamente para evitar situaciones de riesgo”.