Este miércoles 4 de octubre se presentó con suma urgencia el proyecto de Ley de Incendios, que establece la obligación de definir zonas de interfaz urbano-rural forestal en la planificación territorial y considerar medidas de prevención de incendios, además de la creación de una zona de amortiguación forestal en caso de no existir, entre otras indicaciones.
El director ejecutivo de CONAF, Christian Little, expresó que “esta Ley de Incendios viene avanzar en la gestión del desarrollo forestal. Es parte de las acciones de manejo del fuego y prevención de incendios para conservar la biodiversidad, la infraestructura y proteger las vidas humanas y de animales en un escenario de cambio climático”.
Este proyecto de ley es parte de las medidas que está tomando el Gobierno para el manejo del fuego, así como también se ha realizado el lanzamiento del Plan Nacional de Prevención, Mitigación y Combate de Incendios 2023-2024, el desarrollo del programa de Comunidades Preparadas, trabajo interinstitucional con ministerios y servicios como Senapred, educación cívica y ambiental, alianzas público-privadas, entre otros con la Corporación Chilena de la Madera (Corma). Además, se ha fortalecido la Unidad de Análisis y Diagnóstico de Incendios (UAD) de CONAF, que ha entregado los resultados al Ministerio Público, además de labores con municipalidades y gobiernos regionales.
Para este período de mayor ocurrencia de incendios, se dispondrá de un presupuesto de $148.613.233 millones, un alza de un 47 % del período anterior, lo que permitirá mantener 70 aeronaves y más de 3300 brigadistas, distribuidos entre las regiones de Atacama a Magallanes, a través de 311 brigadas. Conformarán brigadas convencionales, nocturnas, helitransportadas, de interfaz urbano-rural, cisternas y mecanizadas.
En Chile, el 99,7 % de los incendios son provocados por actividades humanas, ya sea por accidentes o de manera intencional. Es fundamental concientizar a la población sobre la importancia de adoptar medidas preventivas y, más importantes aún, fomentar un cambio cultural que promueva la abstención de utilizar el fuego en zonas de vegetación o en sus proximidades.