Debido a los incendios registrados en la Región del Maule, que afectaron a 12 hectáreas de la Reserva Nacional Los Ruiles y a puntos externos del área protegida, la Corporación Nacional Forestal, CONAF, reforzará las acciones contenidas en el Plan Nacional de Conservación del Ruil, vigente desde 2007. Lo anterior, debido a que el ruil (Nothofagus alessandrii) es una especie nativa endémica del centro del país en peligro de extinción, cuya distribución corresponde a una zona restringida y que es resguardada por el organismo en la Reserva Nacional Los Ruiles, ubicada en las provincias de Cauquenes y Talca.
Así lo confirmó Aarón Cavieres Cancino, director ejecutivo de la CONAF, quien detalló que la institución, en pleno trabajo de combate a los siniestros, coordina al mismo tiempo diversas acciones para su conservación, como el registro y monitoreo en terreno, con la finalidad de evaluar y precisar la intensidad de afectación y severidad del fuego en los rodales de bosque de ruil afectados por los incendios, tanto dentro como fuera del Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado (SNASPE). A ellas se suman el rescate temprano de germoplasma, debido a que las especies se encuentran en período de semillación, como del resto de especies arbóreas y arbustivas afectadas por el fuego; y el levantamiento de requerimientos prioritarios para el control de erosión y rehabilitación del suelo, para disminuir la contaminación de acuíferos.
Además, se controlarán las especies exóticas en sectores más expuestos, debido a los aumentos de invasividad de ellas después de eventos de fuego. Asimismo, implementará medidas de exclusión que mitiguen el impacto de la herbivoría y el madereo de árboles muertos, permitiendo catalizar la regeneración natural de los ecosistemas.
Cavieres explicó que la reserva nacional constituye un núcleo de conservación, a partir del cual se puede proyectar la recuperación de la especie en la zona afectada por los siniestros. En consecuencia, CONAF convocará –pasada la emergencia– a expertos de instituciones públicas y privadas, como también a otros actores relevantes de la academia, para establecer medidas de corto, mediano y largo plazo que permitan proyectar la restauración activa de esta especie amenazada.