Ante una audiencia compuesta por más de 100 alumnos de enseñanza básica de la escuela El Convento, en la comuna de Santo Domingo, la Corporación Nacional Forestal (CONAF) llevó a cabo una exposición relativa al ciclo biológico de la rana grande chilena (Calyptocephalella gayi), que consideró muestras de esta especie en sus diferentes etapas de desarrollo.
Lo anterior, en el marco de las jornadas de educación ambiental que está ejecutando la institución forestal en sectores aledaños a la Reserva Nacional El Yali, con el objeto de dar a conocer a la comunidad la importancia de esta área silvestre y la biodiversidad que alberga.
Al respecto, el director regional de CONAF Valparaíso, Héctor Correa, explicó que “esta actividad contempló una charla y posteriormente una exhibición respecto a las características de este anfibio endémico de la zona central de Chile, que se encuentra en categoría de conservación vulnerable, según la Unión Internacional para el Cuidado de la Naturaleza y el Ministerio de Medio Ambiente”.
Añadió que “la idea es replicar esta experiencia con más colegios y juntas de vecinos, de manera que cada vez más personas puedan identificar a este ‘fósil viviente’ y contribuir con su conservación; por ejemplo, evitando su extracción y haciendo un uso sustentable del agua”.
A su vez, Correa recordó que durante el año 2014, investigadores de CONAF y la Universidad Santo Tomás (UST) detectaron la muerte de más de 260 ejemplares en la laguna Matanzas de El Yali. “Entonces, el trabajo conjunto con la comunidad apunta a prevenir nuevos incidentes de este tipo, a que los vecinos conozcan los factores que afectan a esta especie, a que la cuiden y denuncien situaciones que puedan amenazar su supervivencia”, sostuvo.
En tanto, la médico veterinaria y profesora del laboratorio de Biología Celular de la UST, Paz Acuña, quien también es propietaria del criadero “Pakarwa”, ubicado en el sector norte de la ciudad de Santiago, aseveró que las ranas grandes chilenas poseen una gran relevancia para el país “desde el punto de vista ecológico, porque los renacuajos limpian las aguas continentales; tienen un comportamiento omnívoro-detritívoro, por lo tanto, consumen del fondo todo el material en descomposición para que el agua dulce llegue limpia al mar”.
Además, resaltó que se alimentan de insectos como mosquitos y zancudos, “controlando plagas que pueden afectar al hombre y la agricultura”.
Por otra parte, Acuña advirtió que este anuro “llega a poner 16 mil huevos en estado silvestre, y estos pasan a ser parte de la cadena trófica de otros vertebrados como las aves”. Y en ese sentido, indicó que si llegará a desaparecer de la Reserva Nacional El Yali, “por falta de alimento”, también lo haría parte de la representativa avifauna de este sitio.
Finalmente, sobre la campaña de educación ambiental, la directora de la escuela El Convento (establecimiento situado en la localidad rural del mismo nombre), Marcela Escalante, afirmó que esta permite “que los niños conozcan todo el ciclo que vive la rana y también para que vean que dentro del humedal (El Yali) habían muchas y ahora se están extinguiendo. Es bueno que ellos estén en contacto directo con animales y con todo lo que tenga que ver con el medio ambiente, porque eso se está perdiendo”.
Cabe consignar que la rana grande chilena, especie que puede alcanzar una longitud de hasta 25 centímetros y un peso de más de 1.200 gramos, habita aguas de escaso flujo y abundante vegetación desde la cuarta hasta la décima región.