Junto con recordar que esta temporada de incendios forestales será bastante compleja por las altas temperaturas que se esperan, la continua sequía y el combustible vegetal acumulado, el ministro de Agricultura, Antonio Walker, fue categórico: “vamos a tener una temporada durísima de incendios. Por eso el llamado que le queremos hacer a todos a todos los chilenos es a la prevención: número uno prevención, número dos prevención, número tres prevención. El mejor incendio es el que no ocurre.”
En ese mismo sentido, el director ejecutivo de la Corporación Nacional Forestal -CONAF-, Rodrigo Munita, hizo un llamado de cooperación directo a la comunidad, especialmente a aquellos habitantes de los sectores de interfaz urbano-forestal. Asimismo, destacó lo vital de la alianza Conaf – Bomberos: “nuestros brigadistas y bomberos actuamos mancomunadamente para protección de las personas y sus bienes. Conocemos el impacto social que tiene un siniestro de esta naturaleza, por lo que nuestras instituciones mantienen una coordinación permanente para combatir estos incendios.”
Respecto de la arborización, las autoridades enfatizaron en que la Región Metropolitana tiene una meta de 70 mil árboles para este año 2020, total del que a la fecha ya supera la plantación de 40 mil especies, con lo que se pretende mejorar la calidad de vida de quienes habitan la urbe.
El superintendente del Cuerpo de Bomberos de Santiago, Marco Antonio Cumsille, destacó la iniciativa que busca incrementar la vegetación en los campos de entrenamiento de los voluntarios: “entrenarse en un ambiente en donde haya especies nativas y donde podamos tener también un lugar de refresco es muy significativo. La principal causa de muerte de los bomberos en el mundo es el infarto al miocardio, y el estrés calórico que tienen los entrenamientos se va a ver también de alguna manera compensado con estas especies nativas .”
Durante la temporada 2019-2020, la Región Metropolitana registró 416 siniestros, con una superficie afectada de 2.784 hectáreas. La causalidad de los incendios forestales correspondió a un 80% de accidentabilidad, 10% de intencionalidad y 10% de origen desconocido.