Tres factores influyen directamente en la propagación de los incendios forestales: el tiempo atmosférico, la topografía y la vegetación. De éstos, la comunidad sólo puede intervenir y modificar el último tópico, a través de la silvicultura preventiva o manejo de combustibles.
Por eso, desde el mes de enero a la fecha, la Corporación Nacional Forestal (CONAF) ha capacitado en este sistema a 124 personas en la región, de las cuales 26 son vecinos de Valparaíso, 13 de Viña del Mar, 18 de Villa Alemana, 27 de Casablanca, 13 de Olmué, 20 de La Ligua y siete de San Felipe.
Al respecto, el director regional de CONAF, Sandro Bruzzone, expuso que “la silvicultura preventiva es una actividad que, como metodología de manejo, permite modelar el paisaje estéticamente, obteniendo a la vez protección del ecosistema y de los bienes de los pobladores”.
“Promover esta metodología como actividad de prevención de incendios forestales, junto con acercarnos a la comunidad, nos otorga la posibilidad de reducir los niveles de riesgo y transmitir un mejor sentido de seguridad a los vecinos de bosques y masas forestales”, añadió.
Recomendaciones
De acuerdo a este modelo preventivo, para aminorar la ocurrencia y el daño de posibles siniestros, las personas que habitan en sectores de interfaz urbano forestal o rurales deben reducir la continuidad que posee la vegetación, según su disposición en el terreno, tanto horizontal como verticalmente.
Para disminuir la continuidad horizontal, la encargada de los talleres de silvicultura preventiva y funcionaria de la Sección de Prevención de Incendios Forestales de CONAF Valparaíso, Millaray Fuenzalida, recomendó “el despeje de la vegetación, ojalá por completo, en el entorno de lo que queremos proteger, ya sea viviendas, infraestructura crítica o lugares de interés escénico, mediante la realización de cortafuegos y raleos, para crear así una faja de amortiguación o cortacombustible”.
A su vez, para mitigar la continuidad vertical, la experta aconsejó la ejecución de “podas, reducción de altura de matorrales, remoción de ramas y corte del pastizal, con el propósito de evitar el ‘combustible escalera’, el cual permite que el incendio que en la mayoría de los casos comienza en pastizales, suba a las copas, siendo mucho más difícil de combatir y controlar”.