CONAF lidera el Programa de Educación Ambiental y Prevención de Incendios Forestales que no solo está enfocado en los niños y niñas del país y la comunidad en general, también integra a las y los profesores de nuestro país que cumplen con un rol tan fundamental como educar y entregar conocimientos a nuestros menores. Este grupo de profesionales representan un nicho clave para difundir mensajes de cuidado de nuestro entorno natural y de la cultura preventiva que debemos tener frente a emergencias como son los incendios forestales.
En este sentido, CONAF comenzó el proceso de capacitación a los docentes de Educación básica chilena para los niveles de 5° y 6° básico que trabajan en escuelas ubicadas en la interfaz urbano rural de cada área de riesgo a nivel nacional, desde lugares tan extremos como lo es el norte y la zona austral.
“Este programa se viene ejecutando hace varios años, creando lazos importantes con los profesores y los alumnos, quienes nos han abierto sus puertas y colaboran permanentemente en la recepción y entrega de mensajes de interés transversal en toda nuestra comunidad y así promover conductas de cuidado y respeto por el entorno natural así como para modificar conductas respecto al uso del fuego”, indicó Rolando Pardo, Jefe Nacional del Departamento Prevención de Incendios Forestales de CONAF.
Y agrega, “durante el período 2015-2017 capacitamos a más de 640 profesores a través de diferentes talleres, consideramos que esta iniciativa tiene un impacto sobre los 16 mil alumnos beneficiados. Por lo tanto, para este año durante el primer semestre esperamos alcanzar aproximadamente 1.000 educadores, aumentando las cifras y el alcance en nuestros niños y niñas. Esta es una forma de hacer prevención para el futuro, sus impactos si bien no son inmediatos estarán arraigados en la persona y esa es la apuesta”.
Para finalizar, a los docentes que participan en el taller se les entrega un set de seis guías, por cada nivel de 1° a 6° básico, más una guía introductoria.
Recordemos que en Chile el 99,9% de los incendios forestales son producidos por conductas negligentes, descuido o intencionalidad y que afectan más de 7.000 hectáreas cada año, dejando consecuencias negativas en ámbitos como la economía, ambiental, social y cultural.